El primer samurai
Antes de la llegada de Okubo otro apellido japonés probó fortuna en el Mallorca
A finales de los años ‘90, con el Mallorca subido al tren del éxito y la economía futbolera al alza gracias al Pay per View, una agencia de representantes hizo su agosto con el Mallorca. Esa agencia era Bahía Producciones (ahora Bahía Internacional), en lo que en realidad era un entramado de economía circular, puesto que Bahía formaba parte del conglomerado de Antena 3, de la que era mandamás Antonio Asensio. Es decir, el dueño del Mallorca por aquel entonces. Todo quedaba en casa.
Entre los nombres que figuraban en la cartera de Bahía estaban Cúper, Mario Gómez, Stankovic, Siviero, Chupa López, Quinteros o Serrizuela, por ejemplo. También trajo a Palhinha al Mallorca. Y si bien ahora es recordado como uno de los mayores pufos de la historia del club, por aquel entonces era considerado un crack internacional.
La historia de Palhinha ya sabemos cómo acabó: resultó ser un bluff total y a los seis meses ya estaba de vuelta en Brasil. Sin embargo, dejó un hueco que la misma Bahía no tardó en rellenar. Apenas entrado el año 1998 movieron ficha para darle al Mallorca un nuevo mediapunta brasileño que apuntaba a ser la enésima sensación venida de sudamerica: Douglas Mizuno. Nombre carioca y apellido japonés (de donde ya imaginaréis, era originario su padre), lo tenía todo para triunfar.
A juzgar por los videos (que probablemente era todo lo que la secretaría técnica del Mallorca había visto de él), parecía un futbolista al que no dejar escapar. Menudo, hábil, escurridizo y con buen balón parado. Un Juninho de ojos rasgados. La nueva perla Pep Bonet. Juzguen ustedes mismos.
Douglas llegó al Mallorca a prueba hasta el 30 de mayo, una prueba que, tras jugar sendos amistosos contra el Parma y el Alaior, por supuesto pasó sin grandes problemas. Con el cambio de temporada, y tras reformular por completo el primer equipo, Cúper se lo llevó de pretemporada a Austria. Había que ver a la promesa en acción.
No empezó bien la pretemporada, ni para el Mallorca ni para Douglas. De hecho, Cúper le veía muy bajo de forma y apenas le conceció minutos en un amistoso frente al Wacker Burghause en el único partido que ganó el Mallorca de los seis que disputó. Además, la competencia que le habían traído en su posición: un tal Ariel Ibagaza que venía de ganar la Conmebol con Lanús y por quien se había hecho una gran apuesta.
Así pues, cuando acabó la pretemporada, y para su sorpresa y desgracia, Cúper decició no contar con él. Al igual que ocurrió con Pablo Lago, quien había fichado también ese mismo verano, se les ofreció permitirle una salida o pasar a formar parte del filial, que acababa de subir a segunda división. Mientras que Pablo optó por la salida, Mizuno apostó por la continuar en el club.
“Me gusta mucho la ciudad y me he adaptado muy bien. He optado por quedarme en el B porque creo que sólo necesito coger la forma, cosa que no he tenido la ocasión de hacer con el primer equipo”.
Pese a acabar descendiendo, el equipo que dirigía Chico Linares gozaba de un gran frente de ataque con Diego Tristán, Albert Luque y Juan Alberto Ramón. De hecho, Douglas debutó en la primera jornada sustituyendo al primero de ellos tras una actuación memorable contra el Barcelona B.
Ese momento podría haber sido el inicio de la gran historia de Douglas Mizuno con el Mallorca, pero lamentablemente el fútbol y la vida no siempre es un camino de alegrías. Jamás llegaría a coger el ritmo de sus compañeros y esa temporada solo participaría en tres partidos: el de la primera jornada, uno contra el Toledo y otro contra el Numancia. Por si eso fuese poco, a mitad de temporada se lesionó y tuvo que pasar por el quirófano por una tendinitis rotuliana crónica. Cerró la temporada con 42 minutos en total.
Pese a claramente no contar, el descenso a Segunda B facilitó su continuidad en el club. Sin embargo, la temporada fue peor aún que la anterior: 13 minutos en la tercera jornada contra el Hércules y ya. El fin de la temporada marcó el fin de la apuesta. Tras su salida pasaría por equipos de medio pelo como el Londrina y el Marilia brasileños o el Westerlo belga, donde se retiraría con apenas 29 años.
¿Así acabó la historia de Douglas y el Mallorca? Pues no.
En una sonrisa del destino, casi 20 años después de su marcha Mizuno volvería a Mallorca para disputar la Copa Afia, una especie de Copa del Mundo para futbolistas veteranos que en el año 2019 tuvo Palma como sede. Douglas Mizuno disputó aquella Copa con su equipo, el Palermo (que nada tiene que ver con el club italiano) y, si bien no alcanzó la fase final que se disputaría en Son Moix, le dio para marcar uno de los mejores goles del torneo en Son Bibiloni, donde se jugaron las eliminatorias.